Historia de los naipes de la baraja española

La baraja española consta de cuarenta naipes o cartas repartidos en cuatro palos: oros, copas, espadas y bastos. La baraja de cuarenta cartas o naipes se numera del uno (naipe que corresponde al As) al siete, pasando después a las figuras, correspondiendo el diez a la sota, el once al caballo y el doce al rey. En la mayoría de los juegos el As es la carta de mayor valor, seguida del tres y después por las figuras.

Baraja Española

La baraja española también puden contar con 48 naipes cuando se incluyen las cartas correspondientes a los números ocho y nueve. No es correcto considerar que una baraja española de 40 cartas se trate de una baraja incompleta, por contra se trata de una baraja distinta diseñada para jugar a juegos de naipes diferentes. De hecho existen más juegos de cartas para la baraja con cuarenta naipes.

El rey se representa mediante la figura de un rey con corona que está de pie. Como curiosidad cabe reseñar que los reyes de copas y oros suelen parecer más jóvenes y por lo general el rey de copas tiene joyas y un cetro.

El naipe del caballo se representa por un jinete montado sobre un caballo que se apoya en sus patas traseras. Desde el siglo XVIII los caballos de espadas y bastos suelen mirar hacia la derecha, mientras que los de oros y copas lo hacen hacia la izquierda. Aunque ya no se suele hacer, es también en el siglo XVIII cuando se empieza a poner bajo las patas delanteras del caballo de copas la expresión Ahí va o Aiva.

La carata de la sota se representa por un paje, simbolizando al mensajero o criado del rey. Los colores de las calzas y de los sayos, así como la posición de sus piernas y la colocación del del palo, varían según sea una sota de oros, copas, espadas o bastos.

La baraja española de diferencia de otras barajas como la francesa por el hecho de adoptar pintas o discontinuidades en los lados inferior y superior del rectángulo que encierra los motivos de cada naipe. Estas pintas aparecen por primera vez en naipes del siglo XVI para impedir que los mirones identificasen las cartas (las pintas permiten que el jugador de naipes no necesite extender las cartas que tiene en la mano para saber de que palo son). El palo de oros no tiene pintas, el de copas tiene una, el de espadas dos y el de bastos tres.

Basándose en las pintas de los palos de la baraja española queda claro que los palos se ordenan de la siguiente manera: oros, copas, espadas y bastos. Es decir, primero está la monarquía (hay quién asocia los oros con los burgueses o comerciantes), después la iglesia, sigue la nobleza y finalmente aparece el pueblo.

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